14.3.18

El ANILLO DE CONCHITA
Maria Dolores Torres
Marzo 2018






Hoy les quiero hablar de mi amiga Conchita. Ella estudió conmigo Psicología y desde el primer día hicimos buenas migas porque, como buena española, tiene un humor negro muy acentuado y también esa amargura de algunos españoles que al final a uno le resulta divertida.
Conchita se vino a Venezuela de niña y, como no se llevaba bien con su madre, se fue a vivir con una tía, quien también era muy amargada.
Hace un año, divorciada ya y con sus hijas emigradas, mi amiga decidió volverse a España. Ya tenía –como me cuenta- lista su maleta y lleno su maletín de mano Longchamp cuando, justo antes de que llegara el taxista que había pedido, uno de sus hermanos entró a la casa de la tía (a quién le habían diagnosticado cáncer de estómago) y le recriminó que se fuera y la dejara, casi moribunda y sola como un perro de la calle.
Conchita, con la culpa que se la comía, despidió al taxista y deshizo su maleta y su maletín pensando que podría tomar el vuelo en unos pocos días, tras la muerte de la señora. De eso hace más de un año y ésta todavía vive.
Hablo con mi amiga de vez en cuando por teléfono, pero justo hoy me llamó para compartir la longevidad insólita, cuasi milagrosa e interminable (ella de su tía y yo de mi madre), para ponernos al día en nuestros planes migratorios.
Me cuenta entonces que la semana pasada fue al edificio donde tiene su apartamento vacío, a enseñárselo a un posible comprador –que pagaría como mucho un tercio del valor del inmueble en las condiciones de depreciación inmobiliaria en las que nos encontramos en el país-, y al llegar y encontrar un vehículo estacionado en su puesto (porque en Venezuela no se pueden dejar carros en la calle porque le roban a uno las llantas, la batería y hasta el aceite del motor en menos de lo que canta un gallo), agarró un arrecherón y como buena española explosiva, fue corriendo y gritando como una lunática a la garita del vigilante del edificio para poner su queja y pedirle una hoja de papel (también escaso en el país) con el fin de dejarle una nota insultante al invasor de su puesto.
Conchita vive en Venezuela desde hace años, por lo que no me explico por qué llevaba puesto un anillo de oro en uno de sus meñiques. Eso es casi un deporte de alto riesgo en este país. Pero en fin, cada quién confía en su santo protector.

FINALES ALTERNATIVOS DE ESTE RELATO (con derecho a participar en la quiniela cuyo premio será para el primer lector que adivine el verdadero final, por más que parezca el más improbable)
FINAL A
Para poder escribir la nota, Conchita se quitó el anillo y lo puso sobre la mesa del vigilante. Craso error.
El hombre se quedó calladito y cabizbajo mientras ella escribía la sarta de insultos al abusador, pero sin quitarle el ojo al anillo, al cual, poco a poco fue empujando hasta que cayó al suelo. En su estado de euforia ella salió como loca a poner la nota en el auto del transgresor y olvidó el anillo. En ese momento, el vigilante vio su futuro resuelto: lo recogió del suelo y se lo tragó.
Justo después de poner la nota en el parabrisas del carro del abusador, Conchita se dio cuenta de que había dejado su prenda en la garita y corrió a buscarlo.
Cuando llegó, le preguntó a Williamson (quien tenía más de tres años trabajando en el edificio) si había visto el anillo que se le había olvidado. El lo negó. En ese momento el anillo pasaba con dificultad de su esófago al estómago.
Mi amiga, enloquecida de rabia, le registró hasta los calcetines al vigilante que sorpresivamente se dejó prácticamente desnudar por la señora loca del edificio, mas no pudo lograr nada. Después de registrar cada centímetro de la garita (incluyendo el inodoro del baño) salió furiosa y ni siquiera esperó a que llegara el posible comprador sino que regresó a casa de la tía para tomarse cinco whiskys que la dejaron noqueada.
Cuando Williamson llegó a su casa esa noche, después de cuatro horas esperando el carrito por puesto, se tomó un purgante (casualmente al mismo tiempo en que Conchita iba por el quinto whisky). Al rato le dieron ganas de cagar. Buscó un papel periódico y se puso en cuclillas. Al encontrar el anillo en las heces, lo agarró –sin guantes, porque no hay, lo lavó en un tobo de agua –porque no hay agua corriente en su rancho, y sin jabón porque está demasiado caro-. Lo pulió con una camisa vieja que usaba de trapo de cocina y se puso la ropa menos rota que encontró en su armario.
¡Qué contenta se puso Yubiritzay cuando Williamson apareció con el anillo para pedirle que se casara con él!. Los siete muchachitos de ambos también chillaron de alegría.
En realidad Williamson había pensado proponerle a su mujer que después de la pedida de matrimonio vendieran el anillo para comprar comida para los niños desnutridos, pero no lo hizo pues ella inmediatamente comentó que sería la envidia de la peluquería del barrio cuando cobrara la quincena para ir a hacerse la queratina en el cabello rizado.
FINAL B
Apenas Conchita entró en la garita, Williamson, le vio el anillo. Mientras ella escribía la nota para el abusador del vehículo mal estacionado, él aprovechó para sacar una navaja de su morral. “-O me da el anillo o le corto el dedo. Usted decide”- le dijo envalentonado.
Conchita, quien como ya les he contado es explosiva y arrecha, le empezó a armar un peo. Pero esta vez el vigilante estaba más envalentonado que ella. La empujó consigo hacia el baño, cerró la puerta por si pasaban otros vecinos y, colocándole la navaja en el cuello, la obligo a darle el anillo y a quitarse la ropa y los zapatos – sí, eran más o menos de la misma talla que usaba su mujer.
Dejándola desnuda, humillada y sin anillo, cerró la puerta de la garita y salió corriendo del edificio con su tesoro. Yubiritsay lo iba a premiar esa noche con una buena tiradita de esas que hacía meses no se echaban por el estrés de no tener comida para los siete muchachos. Ya luego buscaría otro trabajo. Total, robar era mucho más lucrativo que tener un empleo de poca paga.
Mientras Williamson hacía el largo viaje a su rancho, Conchita, desnuda y frente a la disyuntiva entre gritar para que la sacara algún vecino y la humillación de que la vieran desnuda y la trataran de bruta por salir con un anillo de oro, decidió quitarse la vida metiendo la cabeza en el tobo de agua que el vigilante guardaba en el baño para poder usarlo.
Para hacerles el cuento corto, después de encontrado el cuerpo sin vida y desnudo de mi amiga, la autopsia de rigor en la morgue, la entrega del cuerpo a la familia varios días después y su cremación, la tía, completamente recuperada, metió sus cosas en las maletas de Conchi, llenó el maletín Longchamp con sus joyas y sus productos de belleza y se largó para España. Se le olvidaron las cenizas de Conchita en la mesita de la entrada del apartamento.

21.9.13

REGRESO - Final de la vida

                                                               Edvar Munch - The Scream


Hace muchos años que no escribo, ni en este blog ni en ninguna parte, ni siquiera en una servilleta. Así soy, me pasa en mucha áreas de mi vida.
Esta vez el paréntesis fue largo. Tenía muchas cosas que digerir, y eran cosas que cayeron pesadas en mi estómago psíquico. Pero desde hace algunos días, las ganas de escribir regresaron y aquí estoy.

Una de las cosas más importantes que pasaron en mi vida estos años, este año para ser más precisa, fue la muerte súbita e inesperada de mi padre. Esas cosas que uno sabe que van a pasar algún día, que a todos nos va a pasar pero que siempre creemos que a nosotros nos van a pasar por encima.
En Enero de este año (2013), el 12 de Enero en la madrugada, me llamó mi madre a decir que papá estaba con una baja de tensión, sentado en la poceta, muy frío. Cuando llegué aún estaba vivo. Tuve la oportunidad de arroparlo con una ruana y abrazarlo, también de darle un poco de agua con azúcar, para que le subiera la tensión e incluso de pelear con él porque me pedía con una lengua enredada que lo llevara a la cama ¨coño¨ y yo no podía levantarlo porque pesaba mucho.
Vino la ambulancia pero llego muerto a la clínica. No sabemos exactamente de qué murió, pero así, sin aviso, se fue y nos dejó solas a mi madre, a mi hermana, a sus nietos, hermanos y a mí.

Desde entonces no he tenido tiempo de llorarlo, pues mi madre ha acaparado toda nuestra atención. Han sido los meses más difíciles de mi vida. Mi madre es una persona muy difícil, mucho más de lo que yo creía. Siempre contenida por la infinita paciencia de papá y ahora que no está, hemos encontrado a la persona que realmente es, y que aunque lo sospechábamos, nunca habíamos vivido en carne propia.

La vejez mal llevada es algo terrible. Agradezco a la vida que se haya llevado a mi padre de una manera tan rápida y leve, sin sufrimientos largos, sin enfermedades eternas. Pero me hubiera gustado despedirme.

Pero el tema no iba por ahí. El tema va de cómo a uno le puede provocar terminar con la vida de alguien cuando ese alguien es una persona que lleva una vida miserable y le hace la vida miserable a los que le quieren.

De cómo me provoca de pronto convertirme en el Dr. Kevorkian. De cómo deseo que alguien desaparezca porque tiene ganas de desaparecer. Y sin sentir culpa. Y sin sentirme mala o pecadora.
Creo que muchos sentimos esto pero pocas personas son capaces de expresarlo y dejar que otros lo lean.
Existe ese sentimiento. Pero la religión no nos deja sentirlo sin culpa y mucho menos decirlo.

Es triste (y a la vez causa rabia) tener una madre que pasa todo el día amenazando conque se va a matar. Más triste aún es que no lo haga cuando se nota que ama el sufrimiento, solamente conoce la angustia y se siente completamente vacía. Pasa el día viendo al techo sientiéndose nada ni nadie. Expresando una rabia y una envidia contra el mundo que uno no sabe de dónde sale.

Es terrible. Y por más que uno trate de no pensar en ello, haciendo yoga, ejercicio, trabajado, leyendo, corriendo, cocinando, dopando la mente, no se logra salir de la telaraña tejida por una madre araña.

Yo no sé si creo en Dios o no, creo en algo superior, la misma mente humana. Y a esa mente le pido que acabe pronto con el sufrimiento de mi madre, para poder llorar la de mi padre como me merezco, como se merece. Cerrar el ciclo de haber sido hija, para concentrarme en el de ser madre y mujer.


16.12.10

Take it for granted




Después de rebanarme los sesos tratándo de entender por qué es que, a pesar de todo lo que está pasando en el país, a pesar de que nos están robando la democracia o más bien la vida, no hacemos nada. Parece como que estuvieramos esperando algo divino, o un padre/madre protectores, que nos van a dar lo que "nos merecemos" por el simple hecho de haber nacido.
Nos podemos preguntar por qué en ocasiones anteriores el venezolano ha salido a la calle a luchar por sus derechos. Unos podrán decir que es porque en esos tiempos tenían al ejercito de su lado. Yo creo que esa no es la única razón.
Hace años, los que salieron a defender nuestros derechos fueron nuestros antepasados (bisabuelos, abuelos y quizás hasta padres), quienes eran los mismos que para darse un gusto trabajaban. Sin ir demasiado lejos y, a pesar de haber nacido en democracia, cuando yo quería darme un gusto -llamese ir a un concierto en el Poliedro o irme en cola a Margarita con amigos- tenía que trabajar. No recuerdo cuántos carros lavé en mi urbanización para ir a ver a un negro que cantaba como los dioses, que ni me acuerdo cómo se llamaba.
Cuando yo tenía 15 años y manejaba sin licencia dentro de mi urbanización, en mi casa se impuso la regla de que cada semana le tocaba hacer el mercado a algún miembro de la familia. Mis hijos no saben la diferencia entre una lechuga y un ramo de cilantro.
Hacíamos nuestra cama, recogíamos los platos sucios y ayudabamos en lo que se nos pidiera porque las cosas eran así y uno no se preguntaba si era lo justo o no.
Ahora nuestros jóvenes (en su mayoría, no voy a decir que todos) sienten que todo se lo merecen si dar nada a cambio. Podemos decir que es nuestra culpa (con eso no ganamos nada), que los educamos como principes, que les hacemos todo, que no pedimos nada a cambio y encima se nos rebelan cuando les pedimos un favor. Estamos en una época de adolescentes y adultos jóvenes cómodos.
Entonces, ¿cómo vamos a pedir que salgan a defender algo que para ellos papá o mamá proveeran? ¿por qué tienen ellos que salir a sudar y arriesgar su vida si en la vida cotidiana, con pedir cualquier cosa se les otorga sin pedir nada a cambio?
Estamos cosechando lo que por alguna razón que desconozco sembramos en nuestros hijos. Hijos que tampoco es que estén viviendo muy bien y para muestra los niveles exagerados de consumo de alcohol y drogas. Pero hijos para quienes todo ha sido fácil y quienes no han tenido que mover un dedo para obtener lo que desean.
Sé que así gira el mundo: de los límites excesivos a los no límites.
Y es que parece que a nosotros los seres humanos nos cuesta mucho mantenernos en el camino del medio.

14.5.10

Sala de espera

Fotografía: Maria D. Torres (Calendario 2010 Grupo Pronto)

Era una sala fresca, tenía grandes ventanales con vista al Ávila. Las paredes pintadas de colores pasteles con afiches de paisajes puntillistas de diversas geografías, daban más frescura al ambiente, para separarlo del calor infernal de la calle. La secretaria, sentada detrás de un escritorio gris metálico, recibía a los pacientes que iban llegando, tomaba sus datos, trabajaba en una computadora y, de vez en cuando, atendía el teléfono.

En la sala había dos parejas, dos mujeres solas y un muchacho que escuchaba algo en un ipod. La primera pareja que había llegado, se veía muy compenetrada. Rondaban los treinta y pico ella y él los cuarenta y dele. Él le tomaba la mano a ella y hacía dibujitos con su dedo indice en el dorso de la mano de ella. Ella simplemente lo miraba plácida, sonreída. Con la otra mano, ella se sobaba una panza pronunciada, como de ocho meses. De vez en cuando él bajaba su cabeza hasta la mano de ella y la besaba con ternura.

La segunda pareja - ambos rondaban los cuarenta - parecía no conocerse. Ella, con cara de carnicero amargado, pasaba, sin leer, ls páginas de una revista vieja de Salud y Bienestar. Él jugaba con su celular, a pesar de que en una de las paredes de la sala había una viso en acrílico que decía: Favor apagar sus celulares. También esta mujer tenía una panza pero era mucho más grande que la de su vecina de silla, parecía como de veinte meses.

El muchacho, de unos veinticinco años, tenía una cara bella con rasgos refinados. Vestía un chaquetón de bluejean, zapatos de goma raídos y un pantalón kaki con manchas de pintura. Del bolsillo de la chaqueta salía un cable de los audífonos que tenía puestos en las orejas. Miraba el Ávila como si en la sala no hubiera más nadie pero a ratos miraba con desespero a su vecina de silla.

Una de las mujeres que estaba sola, estaba sentada al lado del muchacho del ipod. Tejía con destreza unos escarpines amarillos. Mientras tejía, no dejaba de mover las piernas y de morderse el labio inferior. De vez en cuando el chico del ipod le miraba las piernas inquietas como rogando que se detuviera. A esa mujer no se le notaba ninguna barriga.

La otra mujer sola, sentada en una esquina de la sala, tenía la mirada perdida en el paisaje del afiche que tenía frente a ella. De sus ojos salían lágrimas que ella, con disimulo, secaba con una pañuelo blanco que escondía en su mano derecha. Esta mujer tenía una barriguita protuberante que hacía difícil saber si estaba empezando el embarazo o si acababa de parir.

En ese momento sonó el teléfono. La secretaria respondió y, al trancar, ser dirigió al muchacho del ipod y dijo: "Patricia, puedes pasar. Segunda puerta a la izquierda".

28.2.10

La Vida


Terremotos, tormentas, lluvias, sequías, separaciones, miedos.
Nudos en la espalda, dolores, decepciones, espectativas truncadas.
Angustias, insomnios, creernos más de lo que somos.
La vida como nos ha tocado

27.11.09

Día de Gracias en Venezuela




Ayer se celebró el Día de Gracias y yo pretendía hacer mi lista de agradecimientos pero el tráfico me impidió llegar a tiempo para hacerla antes de que dieran las 12 de la noche.
En fin, nunca es tarde para agradecer.

- Doy gracias porque en las últimas doce horas no han atracado, violado o matado a nadie de mi familia y a ningún amigo.
- Doy gracias porque cuando salí a recoger a mi hijo, en vez de tardar 3 horas y media, tarde solamente 3 y nadie me amenazó con un bate en la cola de la Cota Mil.
- Doy gracias porque fuí a la farmacia a buscar una medicina para mi hermana, y la encontré!
- Doy gracias porque desde hace tres días no me han cortado la luz ni el agua.
- Doy gracias porque no han caído lluvias torrenciales (aunque por otro lado no lo agradezco tanto porque si bien la falta de lluvia deja dormir tranquilas a las personas que viven en viviendas de alto riesgo, no ayuda con la falta de agua)
-Doy gracias porque me alcanzó el dinero esta semana para pagar el condominio, la luz y el teléfono.
-Doy gracias porque en los últimos meses no me han clonado la tarjeta de débito.
-Doy gracias porque tenemos estudiantes que se ofrecen a dar la vida en una huelga de hambre para recordarnos que vivimos en la injusticia contínua.
-Doy gracias por estar viva a pesar de todo lo que acontece a mi alrededor.
- Doy gracias por la maravillosa vista que nos ha regalado el Avila en los últimos días. Ella, nuestra madre tierra, siempre allí, siempre recordándonos que está con nosotros y ofreciéndonos un Ah!!! todas las tardes.
Y por último doy gracias por todavía tener lectores en mi blog.

PD. Se vale añadir agradecimientos a esta lista.

6.8.09

Que difícil


Segun las teorías esotéricas, lo que está afuera son solamente síntomas de lo que está adentro. Entonces, para salir de esta pesadilla, deberíamos todos hacer consciencia del demonio que llevamos en el inconsciente.
Pero, por dónde empezamos?

30.7.09

Nido Vacío


Porque toca, porque es ley de vida, porque el tiempo pasa y a ellos les llega el momento de tomar sus decisiones, por más que a nosotros nos parezcan equivocadas – o nos parecen equivocadas porque no podemos ser objetivos.

Porque llega día en que ya son adultos o están cerca de serlo y nosotros nos empezamos a sentir viejos, dispensables, lejanos y hasta un poco egoístas.

Porque duele ver la maleta que han sacado para llevarse sus cosas y nosotros no sabemos cuándo los volveremos a ver o si los volveremos a ver.

Por eso y por sentir un poco de envidia al no ser nosotros los que sacamos nuestras maletas para irnos a empezar de nuevo nuestras vidas, es que se nos sale una lagrima que en seguida escondemos para no hacerles sentir mal o manipulados.

Y entonces me escondo en el baño para llorar el tiempo que ha llegado y la impotencia de no poder echar atrás el reloj.

12.7.09

Fósil Comunicacional


Escarbando en las ruinas de mi pasado familiar, he dado con este fósil antecesor de las computadoras, los celulares y los mensajes de Blackberry.
Se llamaban telegramas y era lo que utilizaban nuestros no muy lejanos tíos y abuelos para dejarle saber a su familia si estaban bien, dónde estaban y dónde pasarían la noche.
Su madre, mi bisabuela, guardó todos los "mensajes de texto ancestrales" en un álbum de recuerdos.
Ahí no había excusas como "mandé el mensaje, no sé por qué no te llego", "me quedé sin pila", "me quedé sin saldo", "me robaron el celular", "no había internet en el cuarto"...

12.6.09


Estaremos este martes 16 de Junio a las 7 p.m. en la librería El Buscón, leyendo nuestros textos. Se trata de una reunión de bloggers. Cuando se habló de reunirnos a compartir vino, textos e impresiones, no pude sino pensar en tantos bloggers que no están aquí en Caracas y me han acompañado y a los que he leído. La distancia se hace evidente cuando saltamos de lo virtual a lo real.

Seremos varios, aquí les va la lista:

Adriana Villanueva
Mario Morenza
Natasha Tiniacos
Eleonora Requena
Kira Kariakin
Cinzia Ricciuti
Georgina Ramírez
Mitchelle Vidal
María Dolores Torres
Ruth Hernández
Juliana Boersner
Carmen Elena González Salas
Aymara Lorenzo
Keila Vall
Belkys Arredondo
Ricardo Ramírez Requena.

A los que estén aqui, no dejen de ir, la vamos a pasar muy bien.

10.6.09

De vuelta





Porque me he dado cuenta de que la realidad me absorbe tanto que me olvido de la persona que vive dentro de mí, esa parte "espiritual" que sobrevive al caos externo.

Muchos días, semanas, tratando de explicarme y llevar al papel las cosas que veo, que me afectan y que muchas veces no tengo con quien hablarlas, porque esta crisis hace que todos seamos sordos a los problemas de los demás, porque todos andamos en las mismas. La capacidad de asombro se encuentra a su máximo nivel cuando no logramos explicarnos ni comprender cómo hemos llegado a transformarnos en monstruos intolerantes.
Sin ánimo de acusar a nadie en particular (con el riesgo de convertirme en uno de tantos que le echan paja al vecino para justificar ese desamor que estamos viviendo por nuestra madre tierra) , tengo que - porque es algo imperioso que siento y que si no lo saco me va a comer desde dentro - relatar cómo la enfermedad que ha infectado al país, está contagiando a los pequeños países en los que vivimos - barrios, urbanizaciones, casas, condominios...

En mi comunidad - edificio -nadie quiere ser presidente de condominio. Hay una junta (de seis solamente dos tratamos de mantener órden en nuestro pequeño ecosistema) que para lo único que parece servir es para recibir la rabia del resto de los habitantes.
Así somos - o más bien en esto nos hemos convertido.
Vamos por partes. Existe una regla para estacionar los carros dentro del reducido estacionamiento que tenemos: un puesto por apartamento. Como la calle es tierra de nadie, y si paras el carro extra en la acera te arriesgas a amanecer sin él, los habitantes han comenzado a estacionar sus autos en doble fila, sin importar a quién molesten con su "costumbre nueva", qué muros rompan, cómo va a a pasar el vecino de la silla de ruedas, cómo vamos a maniobrar para poder estacionar en el puesto que nos corresponde sin rayar nuestro carro y el del amigo vecino que se paró como mejor le pareció.
La segunda parte del cuento es que, para sacar un dinero extra para los arreglos de mantenimiento de nuestro pequeño país, se decidió por unanimidad cobrar una modica cantidad de dinero a aquellas personas que realicen fiestas en el salón de fiestas. Ahora bien, una ciudadana del edificio hace una fiesta y decide no pagar el alquiler porque "hay personas que no cumplen con la regla de estacionar los carros donde deben. "Si ellos no cumplen, porque YO debo cumplir". Entonces salen los radicales - que existen cada vez más en nuestro pequeño país - proponiendo, sin consultar a nadie, cerrar la puerta que va al jardin y al salón de fiestas. No importa que los niños del edificio no puedan salir a jugar en las tardes. No importa que una anciana enferma no pueda salir a tomar sol por las tardes. Se "debe" cerrar inconsultamente porque "hay animales - lease personas que abusan- que no cumplen con las reglas".
Como aún existimos personas que pensamos que no deben pagar justos por pecadores y que siempre va a haber personas abusadoras que hacen lo que les da la gana, se decide no cerrar el paso al jardín para que las personas que sí lo utilizan de manera apropiada, puedan seguir haciéndolo, simplemente porque es su derecho.
Entonces pasa como en Venezuela: empiezan a formarse grupos antagónicos que lindan con la arrechera profunda y no tienen la capacidad de dialogar. Simplemente se arrechan porque las cosas no se hacen como ellos quieren (¿les recuerda esto a alguien?)
Y siguen las proliferaciones de la impunidad. Otros ciudadanos "civilizados" del país del edificio, alquilan por rifa un puesto de estacionamiento, cuyo reglamento es cancelar una cantidad de dinero mensual para pagar cuentas menores del edificio. Pero como hay quienes estacionan mal el carro, y hay quienes usan el salón de fiestas sin pagar el alquiler, deciden no cancelar el arrendamiento del puesto de estacionamiento "porque aqui cada quién hace lo que quiere" y "por qué vamos a ser los pendejos que cumplimos con las reglas". "Y cuidado te metes conmigo porque te rayo el carro con un clavo, o te pincho un caucho".
"Nosotros somos antichavistas, Chavez es una mierda porque hace lo que le da la gana y se limpia el culo con la constitución" - dicen los que no cumplen con las reglas.
¿Acaso no se dan cuenta todas esas personas que no cumplen una reglas mínimas de convivencia que estan haciendo exactamente lo que critican del gobierno?
¿Por dónde empezamos a hacerles entender a las personas que los cambios se generan desde adentro y que mientras la conducta, el pensamiento, las palabras y las emociones negativas no cambien en nosotros mismos, NO vamos a lograr cambios afuera?
Yo no sé si lo que escribo refleja un poco, aunque sea, la gravedad del asunto que aqueja a nuestro país. Cuando la anarquía se mete en casa es cuando comenzamos a preguntarnos si los venezolanos hemos sido contagiados por una enfermedad mucho peor que la gripe porcina, que se contagia mil veces más rápido y que al parecer nunca va a existir una vacuna para esto que no venga de la propia consciencia de enfermedad.

Si no podemos con otros, al menos tratemos de enseñar esta consiencia a nuetsros jovenes y niños. De ellos depende el futuro de nuetra nación

23.1.09

Todo está normal


Ay chica , sabes que se me echó a perder la cámara? Menos mal que en esos días no tenía trabajo. Pero tuve que esperar hasta después del 15 de Enero sabes que aquí no trabajamos hasta después de ese día... bueno, hay que descansar después de Navidad, no?
Noooo, es una tontería, se le doblo un palito. Menos mal que no fue nada grave, seguro sale barato.

Bueno te dejo que tengo que llamar al técnico de la computadora porque se me jodio tambien y no pude arreglarla yo sola. Eso si es verdad que no se cuánto me va a salir. Pero esta misma tarde la llevo. Sabes que sin cámara y sin computadora no puedo comer...

Si bueno, te llamo al regresar. Chao

------------


Alo? Si? quien es? Ah, si, claro. Qué me cuenta?...
Setecientos? O sea, setecientos mil de los viejos?... Pero si era solamente un palito... Ah... seguro me está vacilando... Ah, perdone, creí que era una broma... sí, claro, no nos conocemos como para que usted me eche una broma... Si bueno, arréglela que igual sin ella no como. La ire a buscar cuando me paguen lo que me deben... Si, espero que la semana que viene... Hasta luego y gracias.

----------------

Mama, no ibas saliendo a llevar la computadora?

Sí, pero no puedo llevarla hasta que me paguen. Me acaban de avisar que la reparación de la cámara me sale en 700 y no tengo la plata.

Ah, bueno, será cuando puedas. Mira, yo voy saliendo a casa de Mónica a trabajar.

Vas a pie?

No, en el BMW... que pregunta, dios! Sí mamá, Mónica mi amiga, la que vive aqui a 5 cuadras y son las 3 de la tarde. Siempre con tu paranoia. No te preocupes que yo te llamo al llegar...

5 minutos despues entra el muchacho sudado y rojo a la casa...

Pero qué se te quedó que regresaste tan rápido?

No, nada, es que me acaban de asaltar y corrí a donde siempre hay una patrulla ahí en la esquina y no estaba.... me quitaron todos los instrumentos de trabajo, podemos ir mañana a comprarlos otra vez?
Claro hijo, menos mal que no te mataron...

El chico se baña y vuelve a salir, esta vez sin morral ni nada.
Al rato llega el hermano mayor con la novia.

Mama, voy a bajar a sacar el carro para que Ileana meta su camioneta porque se va a quedar a dormir. Aprovechamos y traemos un heladito de Farmatodo.

Bueno gordo, pero tengan cuidado, mira que ayer mataron en ese Farmatodo a un señor que se bajo a comprar unos pañales, mientras la esposa estaba en el carro.

Si vieja, no te preocupes, si ya mataron a alguien en ese Farmatodo ayer, no creo que maten a alguien hoy.

Todos comemos helado y luego dormimos

9 de la manana del dia siguiente.

Se levanta el hijo mayor, se asoma por la ventana y con voz de ladilla dice:

Me robaron el carro anoche... no está

Bueno hijo, menos mal que no te hicieron un secuestro express. Anda a hacer a denuncia y luego vete tranquilo a la marcha que el lunes haces las diligencias del seguro. Seguro que te alcanza al menos para una bici. Hubiera podido ser mucho peor.

------------------

Isa? Ah mira, te llamo a ver si tu esposo que trabaja con seguridad me averigua si ven por ahí la carcacha de Tomás que se la robaron anoche....

Claro, llámalo al celular

---------------------------

Enrique? Hola, que tal todo?..... Bueno mira te llamo para ver si de casualidad tu gente averigua a donde fue a parar el carrito de mi hijo. Si hombre anoche... de aqui de la casa...

Dame la placa, haré lo que pueda, pero no creo que sea hoy porque tengo a todo el personal de seguridad en Maturín porque hoy robaron la agencia del allá.

Ah, una agencia... bueno pero si no mataron a nadie no fue tan malo....

---------------------

Viva la U, viva la U, viva la U-ni-ver-si-dad -cantan al unísono los miles de estudiantes y civiles que acuden a la marcha para pedir que no se lleve a cabo un acto ilegal por parte del gobierno.

Marcha pacífica, tipo fiesta de carnaval. Un río de chicos y personas alegres van al matadero, pero cantando. Todo saben que al final sera inútil... pero uno hace lo que puede, no?

La del otro día hubiera podido ser peor. No es tan grave una bomba lacrimógena o una detención, imagínate, los hubieran podido ametrallar...

Comida? -dice alguien. Lo que tenemos que inventar es un cacho de marihuana que no dé hambre. Total, ya vivimos en una país en el que todo nos parece normal. Debe ser que el agua viene mezclada con cannabis.

Este socialismo bonito nos está enseñando el desapego al venezolano. Y lo estamos aprendiendo muy bien. Todo está en absoluta normalidad

Epílogo
Dos días después llaman a decir que la reparación de la computadora se hará cuando les autoricen los dolares de Cadivi.

Si no quiere esperar, multiplique el precio de la pieza en Estados Unidos por cinco y a eso le suma la mano de obra y el IVA.

Ay, pues si, qué le vamos a hacer. Repárela que yo la busco en lo que me paguen porque los 2 millones que tenia se me acaban de ir en la farmacia comprando maquillaje y tinte para el pelo.

--------------

Aló? Si, soy yo, quien habla?

Sra. la estamos llamando de la compañía de Blinde Su Auto en Combo para saber si estaría interesada...

Ahora no tenemos carro mi amor... blindan bicicletas? Sí? Te llamo después de que pague el arreglo de la computador y el mercado del mes que viene... Sí, seguro, ya anoté tu nombre. Gracias.

7.1.09

No tengas miedo...


... quiero acompañarte hasta la puerta. Sé que tienes miedo. Sé que hay mucha gente para quien será difícil tu partida, pero tienes derecho a ser feliz otra vez. Tu felicidad les traerá felicidad a ellos, cuando lo entiendan.
Aquí cerca está la puerta. No voy a obligarte a cruzarla. Esto lo harás cuando estés listo. Pero quiero contarte lo que encontrarás del otro lado:
Un hermoso jardín lleno de bromelias; una cabaña cómoda donde encontraras todos los instrumentos para seguir con tus dibujos de estas flores que te encantan; una música en el ambiente que podrás cambiar cuando lo desees, subir o bajar el volúmen, o incluso apagarla.
También encontrarás a gente querida. Verás a tus padres, como quieras verlos, podrás verlos un día jovenes y el siguiente más viejos. Tu madre te prepará esa crema catalana que nos gustaba a todos.
Verás a tu hermano de nuevo, a tus sobrinos. A tu mujer como estaba el día en que le propusiste matrimonio, pero también después de cada parto y hasta en la casa nueva.
Veras a tus hijos pequeños un día, adultos al siguiente y adolescentes dentro de una semana, según se te antoje.
Pero por sobre todas las cosas, podrás decir lo que quieras porque siempre encontraras las palabras, e incluso a veces ni siquiera tendrás que pronunciarlas porque los demás te entenderan la mirada.
Estará tu perro contigo, siempre cuidántote, siempre antipático con los demás pero fiel a tu mano amiga.
Y lo mejor de todo es que podrás cambiar cuantas veces quieras las cosas que sientes que no salieron como querías. En este mundo de bromelias no existe el espacio ni el tiempo. Serás muy feliz.
Sólo tienes que tomar la decisión de cruzar la puerta. Yo puedo darte la mano y acompañarte. No podré quedarme contigo pero podrás verme si lo deseas. Allí todo es posible. No como aquí, que todo se ha hecho tan difícil y tan doloroso.
Te acompañaré esta noche, te visitaré mañana, pero por sobre todas las cosas aguardaré el momento en que decidas que quieres irte a vivir al jardin de bromelias que está del otro lado de la puerta.
Te quiero y te respeto.
Maria D.

13.10.08

Back to where I come from



Querido mío:

Hablar de estas cosas por teléfono hubiera sido largo y costoso. Es por esto que te dije que esperaras mi carta, y aquí va lo prometido. Te resumo.
Hace unas tres semanas me mude de nuevo a mi casa de origen. Tenía quizás 5 o 6 años -no recuerdo exactamente cuantos porque ya no recuerdo casi nada- viviendo en una alquilada.

Comencé a pensar en regresar a la mía una noche en que una amiga me trajo un frasco marrón con unas gotas para la tristeza. "¿Cuál tristeza?-le dije. Si es que hace años que no sé lo que es una lágrima". Pero esa misma noche empecé a poner medio gotero debajo de mi lengua cada media hora más o menos y fue entonces cuando tomé la decisión de volver a mis orígenes.
No ha sido fácil, por momentos siento que cometí un error. Pero hoy creo que no hay vuelta atrás, al menos no por ahora. Porque ni siquiera sé lo que es atrás y lo que es adelante. Sí, tan perdída estaba, tan lejana, sintiéndome extranjera en mi propia casa.

La semana en que tanteaba el regreso, apenas entrando – tardé varios días en entrar-, encontré a la persona que había dejado allí encerrada: mi hermana gemela. Esa noche le propuse ver una película (una que ya me habían dicho que era triste, de esas tragedias de muerte de seres queridos) y pasamos hora y media llorando juntas, llorando a mares, moqueando, sonándonos las narices, poniendo pausa para soltar el moco largo sin perdernos las siguientes escenas. Fue esa noche, en ese momento, cuando me di cuenta de lo mucho que extrañaba mi vieja casa y a esa hermana que había dejado años atrás. Decidí quedarme.

Ha sido una lucha constante –la comodidad de la casa alquilada a veces me susurra para que regrese. Es un susurro que atraviesa calles y avenidas, montañas y ríos, y que se escucha más fuerte cuando llueve y caen truenos, cuando el día parece noche. Pero no le contesto, trato de hacerme la loca, porque le temo. Es quizás por eso que, al menos por un tiempo, he decidido no salir a la calle. Para que el susurro no me encuentre, para que no me arrastre de nuevo a dormir en la cama cómoda, a tener todo hecho. No exagero, es que este susurro parece una caña de pescar y su anzuelo tiene una carnada de colores brillantes (de mentira) y un sabor a torta de chocolate (artificial).

Mientras tanto pasa el tiempo y cada día que pasa reencuentro en casa con algo mío que había olvidado. La primera carta que te envié fue antes de la mudanza, un día que vine de visita, el día en que encontré la cinta con la música que te comenté. Nunca deja de sorprenderme como una música, un olor o un ruido, nos pueden transportar en el tiempo. Quizás es por eso que los físicos cuánticos dicen que el espacio y el tiempo no existen. Coexisten. Les creo.

Anoche, por primera vez en años, ella y yo escribimos de nuevo a cuatro manos. Y después de las cartas escritas me fui a acostar. Me costó amoldarme al colchón, pero al final me quedé dormida. Y soñé con la niña pequeña que dejaban a mi lado y luego se llevaban lejos… y amanecí llorando, porque cada vez que se la llevan, sé que nunca la volveré a ver.

Hay algo en esta casa nueva que me marea. Quizás es el proceso de encaje. No es fácil ponerse zapatos apretados después de que llevas mucho tiempo caminando descalzo. Pero aquí ando, metiendome de a centímetro por rato.

Hoy, cuando sonó el teléfono y escuché tu voz, supe que había tomado la decisión correcta. Que volver a mi casa – a pesar de las dificultades iniciales – era lo único que necesitaba para empezar a vivir la vida de nuevo. La vida mía.

Ahora me voy, tengo cosas que hacer. Solo quería que supieras que voy a estar bien y que, tal vez, nos veremos en algún momento para cerrar lo que dejamos abierto.

Gracias por llamar, mi hermana también está muy contenta.

AC

13.8.08

Sobre el Amor


"Y voy a decirte otra cosa, por si no lo sabías: el amor, si es verdadero, siempre es letal. Ahora me explico: su fin no es la felicidad, el idilio "hasta que la muerte nos separe", cogidos de la mano paseando sobre los tilos en flor, tras los cuales se vislumbra la mansa luz de la lámpara que refulge en el zaguán de la casa, que nos acoge y envuelve en sus frescos olores... Eso es la vida, pero no es el amor. El amor es una llama más siniestra, más trágica. Un día se enciende el deseo de conocer esa pasión destructiva. Sabes?, cuando ya no quieres nada para ti, cuando no buscas el amor para estar más sano, más tranquilo, más satisfecho, sino que sólo quieres ser, por completo y aun a costa de tu vida. Ese sentimiento llega tarde, muchos no llegan a conocerlo nunca... Son los prudentes; no me dan envidia.

También estan los glotones, de curiosidad insaciable, que beben de cada tazon que se encuentran... Esos son, sencillamente lamentables. Luego hay otros decididos y astutos, los carteristas del amor, que roban un sentimiento a la velocidad del rayo, arracan un poco de ternura y de intimidad de los escondrijos de un cuerpo y a continuación desaparecen en la oscuridad, se pierden con una sonrisa cruel en el oscuro caos de la vida. Están también los cobardes y los precavidos, que lo calculan todo, en el amor y en los negocios; tienen una agenda donde apuntan los objetivos y los plazos de la vida sentimental, y viven bajo esas estrictas anotaciones. La mayoría son así, unos inútiles. Y por último estan los pocos que un día comprenden que lo que la vida quiere con el amor... lo hace por nuestro bien? La naturaleza no es benévola. Quiere ofrecernos la esperanza de la felicidad? La naturaleza no necesita tales fantasías humanas, sólo quiere crear y destruir, pues esa es su función. Es cruel porque tiene un plan bien definido y es insensible porque su plan no tiene en cuenta en absoluto al geenero humano. La naturaleza regala al ser humano la pasión, pero pretende que esa pasión sea incondicional....

La pasión no tiene nada de fiesta. Esa fuerza sombría que crea y destruye el mundo sin cesar, no pregunta nada a aquellos a quienes toca, no quiere saber si les gusta o no, no le importan mucho los sentimientos humanos. Lo da y lo pretende todo: exige un impulso incondicional que se alimenta de la misma energía primordial de la vida y la muerte. No hay otro modo de conocer una pasión de verdad... Y qué pocos llegan a ese punto!

Las personas en la cama se acarician y se hacen cosquillas, se cuentan un mar de mentiras, fingen debilidad, quitan al otro por egoísmo lo que más les conviene y a lo mejor se dignan, por complacerse a sí mismas, a arrojarles algunas sobras de su satisfacción...

Sandor Marai "La Mujer Justa" (Fragmento)
Narrativa Salamandra

2.8.08

Muerte Justificada


Solo una nota después de haber visto The Dark Knight:
Ledger tenía que morir porque si no su carrera artística se hubiera terminado después filmar la segunda parte de Batman de Christopher Nolan.
Todo el mundo hubiera dicho, si lo hubiera visto más tarde en cualquier otro papel: Ah... no estuvo mal, pero nada como el Joker.
A los que no han ido a verlo, no se lo pueden perder.
Chapeau... (para su actuación, para el guión y para el director)

19.7.08

Juan Griego busca hogar


Me llamo Juan Griego (aunque al principio me llamé Cacho - por cachorro o porque fue producto de un cacho por ahí). Tengo pocos meses y vivo en Guacuco, en Margarita.
La buena mujer que me adoptó por unos días, se ha ido a Caracas y no me pudo llevar porque allá tiene dos perras en un apartamento pequeño. La extraño.
Me dejó con sus padres y su tía por unos días, pero ellos se van el 30 de julio y si no me encuentran familia, tendré que huir de aquí porque los vigilantes nos exterminan si nos ven vagando por el condominio. Mi tía Gata no está convencida de quedarse conmigo, aunque le he prometido darle mucho amor.
Soy fiel, jugueton, buen guardian y me hace falta mucho cariño y juego. No soy un perro común, dicen que parezco un perro - gato. No sé lo que eso signifique pero creo que es una buena mezcla.


Si saben de alguien que me quiera adoptar, favor comunicarse con mi madre adoptiva. Pueden enviarle un mensaje por aqui para contactarla.
Ella está triste pensando que me tendré que ir a vagar por las calles a ver quien me tira algo de comer, me llenaré de nuevo de garrapatas y mi collar de tela de batik terminará quedándome tan pequeño que quizás me ahorque...
Apúrense que no queda mucho tiempo, crezco rápido.

Gracias
Juan G.

18.6.08

EGIPTO EN EL PEDREGAL

Se llama Juana Coínta García. Tiene nietas quinceañeras y trabaja en una peluquería. Pero una o dos veces al año, o cuando simplemente le provoca, decide ser alguien más: Princesa Cora, San Nicolás Elegante o hasta Árbol de Navidad Enchufable. Esta vez, para su cumpleaños, quiso ser Cleopatra y el barrio entero la acompaño.

La tarjeta de invitación es una postal. Al frente, un faraón y en la parte posterior, letras doradas escritas a mano: "Acompáñame en mi Fantasía Egipcia/ / a ser parte de ella para pasar/ este inolvidable momento/ Día: 10-02-2008/ Hora: 1p.m./ Lugar: El Pedregal/ P.D. Si un detalle me van a obsequiar, con cualquiera de las dos monedas (Bs. de los viejos o de los fuertes) me pueden impactar”.


Es un domingo de febrero. Una y cuarto de la tarde. Cora García, maquillada –por Antonieta Carmassi, compañera de trabajo- como para una toma de la película donde se conocieron Elizabeth Taylor y Richard Burton, espera nerviosa el vestido que aún no llega.
Las sillas vestidas, colocadas por la agencia de festejos a todo lo largo del callejón Farfán del barrio El Pedregal, comienzan a ser ocupadas por invitados que llegan temprano para así reservar un buen lugar desde donde puedan ver la entrada triunfal de la reina del Nilo, el personaje escogido por Cora para esta ocasión.


Al fondo del callejón, detrás de la torta de cumpleaños –una replica culinaria de las pirámides de Giza, creación de Mairín Romero, sobrina de la cumpleañera-, se yerguen una enorme cobra y dos figuras faraónicas hechas de anime, mientras dentro de una habitación de la casa de su hermano, a pocos metros de allí, Cora, inquieta y acalorada, pide un ponche crema para relajarse.
“Es lo único que puedo tomar, porque lo demás me cae mal”. Está contenta y nerviosa.

Colocados ordenadamente sobre la cama están los accesorios que lucirá la reina. Collares, pulseras y adornos para la cabeza –traídos directamente de Egipto por Olga Núñez, su amiga y cliente- , una corona de piedras brillantes de colores y otra cobra erguida, elaborada cuidadosamente por Mairet García, también sobrina de la homenajeada.
“La hizo con plastilina y aluminio repujado. Las piedras de colores las compré yo”, dice Cora.

Alrededor de la una y media, llega por fin el vestido. Lo trae Carlos Castillo, sobrino de Cora que estudia diseño de modas y quien, además de confeccionar su propia interpretación de uno de los fastuosos trajes de la reina, se encarga personalmente de vestir a su tía y hacer los ajustes de última hora.
“Él fue el mismo que hizo los dos trajes de geisha que me puse en la última fiesta de navidad de la peluquería”, recuerda ella. Esa vez escogió vestirse de oriental porque se había inyectado en la cara unas vitaminas que le ocasionaron una reacción alérgica. “El rostro se me hinchó tanto que los ojos se me cerraron como a una china. Entonces fui al estudio de Carlos y él me prestó los vestidos de geisha que había elaborado para un examen”.

Ya lleva el traje de faraona. Unas amigas le colocan la peluca y las capas de ornamentos. “Era una peluca normal –precisa Cora-. Natalia tuvo que hacerle el corte de pelo con pollina y un desriz con plancha para que quedara como el cabello de Cleopatra. ¿Verdad que quedó igualita?



“CORA ES MI NOMBRE ARTÍSTICO. Hace tiempo yo trabajaba en una casa de familia y allí el chofer empezó a llamarme Coromotico. De ahí me fui a trabajar a la peluquería del Country Club, y como a la gente se le hacía difícil pronunciar Coínta, yo misma me puse el Cora y es así como todos me llaman ahora”.

De piel cobriza, manos limpias y siempre bien arregladas, no es alta ni delgada, pero su actitud la hace verse y sentirse hermosa. Tiene una sonrisa que reconforta. Siempre le gustó disfrazarse, llevar un personaje puesto. Esta no es la primera vez que ella se disfraza. Nació y ha vivido siempre en El Pedregal. Antiguo hogar de peones de la hacienda Bandín, hoy barriada modesta pero no tan pobre que, con sus tradiciones y familias, quedó insertada entre dos de las urbanizaciones más ricas de Caracas. Allí vino al mundo en 1051, y allí se crió junto a sus padres y sus nueve hermanos. Se ponía vestidos de llanera para ir a las fiestas de la comunidad; a veces se inventaba personajes con la ropa de su mamá. Pero el primer disfraz escogido por ella misma se lo hizo ya de adulta.

Hace cinco años decidió empezar a disfrazarse para animar la fiesta de navidad de la peluquería donde trabaja como manicurista desde hace quince años. “Un diciembre se me ocurrió eso porque las cenas navideñas eran aburridas y todo el mundo se iba al terminar de comer”. Entonces ideó un traje de Princesa Cora, hecho completamente de papel y a ese seguirían luego, en años sucesivos, los disfraces de San Nicolás Mujer, San Nicolás Elegante y el de Árbol de Navidad Enchufable (con luces intermitentes). El año pasado lució dos trajes diferentes de geisha para la misma fiesta: uno amarillo, más informal y otro dorado. Ella ama el dorado, ella adora todo lo que brilla.

En diciembre de 2006, una cliente que trabajaba en la Coca Cola y que había visto su disfraz de pino navideño, la invitó a participar en una velada de cuenta cuentos infantiles, en la plaza Brión de Chacaíto. Cora se enfundó su traje y se movió por la tarima mientras los animadores le contaban a los niños la tradición del árbol de navidad. “No me pagaron, pero me regalaron cuatro cajas de refrescos”.

En las pasadas fiestas volvió a vestirse de pino y fue a “enchufarse” en la plaza Altamira para regalarle chupetas a los niños, de su propio bolsillo. La electricidad falló y entonces volvió a su barrio, se conectó a un tomacorriente y repartió meas de seiscientas chupeta entre sus vecinos más pequeños.

“YO PENSÉ PRIMERO EN LO DEL DISFRAZ de Cleopatra para mi nieta que cumplía quince años. Pero cuando comencé a leer sobre ella y vi que había tenido tantos hombres, no me pareció muy bueno para la niña, así que decidí mejor disfrazarme yo de la reina de Egipto, para mi cumpleaños. La preparación fue larga. Yo guardaba dinero cada quincena, leí todas las historias de Cleopatra que me bajaba la gente de Internet, fui a ver la obra “Cleopatra y el Niño Faraón” en un teatro de Las Mercedes, donde me fijé en todos los detalles y, además, compré el CD con la música de la obra para empezar a practicar los bailes egipcios. ¡La letra es espectacular?”.
(Dicen que soy la más hermosa y coqueta,/ la más seductora y preciosa…/ Pero dicen tantas cosas,/ que soy mala y ambiciosa,/ malcriada y arrogante (…) CORO: Cleopatra, sexy Cleopatra,/ su belleza nunca se irá.? Faraona de oro y plata,/ a todos conquistará./ Busco una pócima o brebaje,/ joven siempre quiero ser).

Su familia en pleno la ayudó a preparar la fiesta. También muchos amigos. Pero ella misma lo pagó todo, varios millones. Se gastó los ahorros que durante ocho años había acumulado para construirse una casa en Santa Lucía. “!Porque sí! Porque la vida es una sola y puedo empezar a ahorrar para eso otra vez”.

El letrero de la entrada del callejón lo hizo su hermano Adrian, que es dibujante. Sus hijas Cori y Emirte se ocuparon de la organización junto a Ingrid Abarga, una experta en fiestas. Además contrataron al animador Víctor Calles, a Los Cañoneros de Antaño y a un grupo de tambores de Anzoátegui: Danzas Riberas del Nevera. El discplay fue un obsequio de su amiga Mariana Granda. De los pasapalos, las bebidas y las sillas decoradas se encargó la agencia de festejos. La tarjeta con motivos egipcios para que firmaran los asistentes la hizo Carmen Gómez, una compañera de trabajo.
“Y otra compañera me consiguió la película de Liz Taylor, donde me fijé bien para buscar la tela, las sandalias, la peluca y todo eso”.
Fue tanta la movilización que la gente del barrio pensó que la Alcaldía de Chacao daría una fiesta por la octavita de Carnaval.

Se enviaron ochenta invitaciones y otras veinte personas fueron invitadas de palabra. Cora no pudo invitar a todo El Pedregal, pero sí vino gente del Tuy, donde tiene familia y meas amigos, y donde va a construir su casa cuando ahorre de nuevo el dinero que se gastó en la fiesta.


CUANDO POR FIN ESTÁ LISTA PARA SALIR, la cumpleañera sonríe mirándose en el espejo, y nos muestra los movimientos que ha estado practicando durante las últimas tres semanas para poder bailar como una verdadera egipcia. “Así, mira” y comienza a mover los brazos como bandas de tela al viento, cruzándolos frente a su pecho. Una especie de danza hawaiana, de esas que se ven en el cine. Las risas no paran, todo el mundo dice que Cora es única.

Afuera hay expectativa. A la seña de una de las hijas, el animador da la orden al encargado del discplay para que ponga la música seleccionada para la entrada triunfal de Cleopatra: una mezcla de danza árabe con una pizca de tango (la pista cinco del CD de la obra de teatro). Ya Cora no es Cora, ahora es Cleopatra.

-Lo único que te faltó fue haber aprendido a hablar egipcio –le digo cuando va saliendo.
-Lo pensé –me responde, pero mana, ¡eso era demasiado complicado!

Lo que más le gusta a Cora de disfrazarse es el momento de salir, el factor sorpresa: bajar las escaleras de la peluquería o salir al callejón, sabiendo que todo el mundo la espera con curiosidad. “Me encanta llamar la atención. Siempre me ha gustado. Es una alegría que a mi edad… mi espíritu… que la gente se divierta gracias a mí, que me nombren. Eso es lo que más me gusta: que me nombren”.


Son las dos de la tarde. Llegó el momento.
Los flashes disparan sus luces y Cora desfila moviendo sus brazos como serpientes al son de la tonada árabe. Una enorme y auténtica sonrisa ilumina su cara. Las contagiosas carcajadas del público presente inundan el callejón y se multiplican con cada movimiento de la mujer dorada. La gente llega a llorar de la risa. Los no invitados también gozan asomados desde sus ventanas y balcones.
Una vez de regreso al punto donde han quedado a su espera los faraones de anime, la cobra y la torta-pirámide, Cleopatra se sienta en su trono y empieza a organizarse la cola de invitados. Todos quieren tomarse la foto de rigor con la reina. Uno a uno, hijos, sobrinos, nietos, tías y tíos, familiares lejanos, amigos y compañeros de trabajo van pasando para posar junto a este personaje histórico que ha traído Egipto a El Pedregal por una tarde, cual si se tratara de un parque temático.

Después de los retratos protocolares, empieza la fiesta: animador, anfitrionas, concursos, premios sorpresa (esfinges y pirámides lujosamente empacadas), música de antaño, ritmo de tambores, pasapalos, cervezas y refrescos…

En plena fiesta, alguien murmura a mi lado que con el dineral que se ha gastado Cora en esta fiesta de una tarde, se hubiera podido ir a Margarita por una semana. Pero Cora prefiere regarle risas a la gente y ser el centro de atención por unas horas a ser una bañista anónima en una playa lejana donde seguramente nadie la nombraría.

A CARMEN ANTONIA, OTRA CARMEN QUE LA CONOCE desde hace quince años, le pregunto una tarde de poco trabajo en la peluquería:
-Tú que la conoces desde hace tiempo, ¿cómo describirías a Cora en pocas palabras?
-Ella es una mujer polifacética en su locura.
-¿Crees que está loca?
-Nooooo, no es eso lo que quise decir. Lo digo porque exterioriza todo. Es sumamente auténtica, no tiene dos caras. Da todo sin pedir nada a cambio. Es una amiga de verdad. Una mujer de una calidad humana extraordinaria.
-Cuando me dices que no tiene dos caras, me pregunto si el disfrazarse no es esconderse detrás de otra cara…

-Claro, pero eso lo hace para olvidar por un rato sus problemas. Es su lexotanil. Ella escapa de los problemas con la risa, como una niña. Si ella está loca, pues yo envidio su locura.

Texto y fotografías: María Dolores Torres
(publicado en la revista Marcapasos Año 2 No. 7. Caracas, Venezuela.
Junio 2008)

29.4.08

Suspendido Temporalmente

Por crisis neurótica

Exceso de trabajo, proliferación de alumnos, falta de ideas originales, proyectos varios de escritura para otros medios, remodelación física y mental, hijo adolescente rebelde, perra posiblemente embarazada, tareas de condominio, insomnio, carencia de recipes morados, ropa de plancha acumulada (y no sé planchar), carro recalentado, país en quiebra, predicciones abrumadoras, apagones generales, lentitud de conexión a internet,etc.
Trataré de regresar pronto, manténganse alertas.




26.3.08

Lectores lejanos


Hace días, o semanas, que no escribo nada. Parte por falta de tiempo, parte por falta de algo interesante o divertido que contar.
Hoy, después de leer algunos blogs que frecuento, se me ocurrió entrar a ver el mapa de personas que entran a leer este blog y mi sorpresa fue enorme al ver tantos puntitos rojos esparcidos por casi todo el mundo.
Y entonces me entró una curiosidad gigantesca. Quién entra en mi blog desde Africa, o desde la India, o Japón? Estados Unidos está lleno de puntitos y conozco a pocas personas allí.
Me encantaría asomarme por un telescopio y ver a las personas que abren este blog para saber qué cara ponen cuando leen, y qué es lo que leen.
Inmenso el alcance de esta herramienta virtual. Tan cerca y tan lejos de personas que lo más seguro es que nunca conoceré.
La verdad es que hizo que me sintiera importante por un momento. Y eso me gustó, porque aquí en casa, en mi día normal de trabajo, en mi relación con mis hijos -unicos seres con los que convivo en este momento- lo que menos me siento es importante.
Me alegra que haya personas que encuentran algo entretenido entre los improperios que escribo. Ya con eso puedo casi que decir que cumplí una de las cosas en la lista del tobo (Bucket List): Escribir un libro (o un blog, pues) que llegue a muchos lugares del mundo donde haya personas a quienes pueda regalar una sonrisa con las burlas que suelo hacer sobre mí misma.
Esta noche dormire con una sonrisa pegada. Ahora me falta componer una canción, subir al Everest, viajar a lugares que no conozco y regresar a los que más me gustan y, lo más importante, ver a mi país al menos comenzar a salir del foso donde se halla metido.

29.2.08

El Príncipe y El Mago (*)


Érase una vez un joven príncipe que creía en todas las cosas menos en tres. No creía en las princesas, no creía en las islas y no creía en Dios. Su padre, el rey, le dijo que nada de eso existía. Y como no había en los dominios del padre princesas ni islas, ni tampoco señal alguna de Dios, el joven príncipe creyó en lo que su padre le decía.
Pero un día el príncipe se escapó de palacio. Y llegó al país vecino. Allí se quedó asombrado al ver islas en todas las costas. Y en esas islas, extrañas criaturas a las que no se atrevió a dar nombre. Cuando buscaba un barco, un hombre vestido de etiqueta se le acercó y el príncipe le preguntó:
- Eso que hay ahí, ¿son islas de verdad?
- Claro que son islas de verdad –dijo el hombre del traje de etiqueta.
- ¿Y qué son esas extrañas y turbadoras criaturas?
- Son todas princesas auténticas.
- Entonces, ¡también Dios existe! –exclamó el príncipe
- Yo soy Dios –repuso el hombre vestido de etiqueta, haciéndole una reverencia.
El joven regresó a su país lo antes que pudo.
- De modo que has regresado… -le dijo su padre, el rey.
- He visto islas. He visto princesas. Y he visto a Dios – le dijo el príncipe en son de reproche.
El rey no se conmovió en absoluto.
- Ni existen islas de verdad, ni princesas de verdad ni ningún Dios de verdad.
- ¡Yo lo he visto!
- Dime cómo iba vestido Dios.
- Dios iba vestido con traje de etiqueta.
- ¿Te fijaste si llevaba arremangada la chaqueta?
El príncipe recordó que, efectivamente, así era. El rey sonrió.
- Eso no es más que el disfraz de los magos. Te han engañado.
Al oír esto, el príncipe regresó al país vecino, fue a la misma playa y encontró una vez más al hombre que iba vestido de etiqueta.
-Mi padre el rey me ha dicho –dijo el joven príncipe con indignación- quién era usted en realidad. La otra vez me engaño, pero no volverá a hacerlo. Ahora sé que eso no son islas ni princesas de verdad, porque usted es un mago.
El hombre de la playa sonrió.
- Eres tú, muchacho, quien está engañado. En el reino de tu padre hay muchas islas y muchas princesas. Pero como estás sometido al hechizo de tu padre, no puedes verlas.
El príncipe regresó pensativo a su país. Cuando vio a su padre le miró a los ojos.
- Padre, ¿es cierto que no eres un rey de verdad, sino un simple mago?
El rey sonrió, y se arremangó la chaqueta.
-Sí, hijo mío, no soy más que un simple mago.
-Entonces, el hombre de la playa era Dios.
-El hombre de la playa es otro mago.
-Tengo que saber la verdad auténtica, la que está más allá de toda magia.
-No hay ninguna verdad más allá de la magia –dijo el rey.
El príncipe se quedó muy triste.
-Me suicidaré – dijo.
El rey hizo que, por arte de magia, apareciese la muerte. La muerte se plantó en el umbral y llamó al príncipe. El príncipe se estremeció. Recordó las bellas aunque irreales islas, y las bellas aunque irreales princesas.
-Muy bien –dijo-. No puedo soportarlo.
-Lo ves, hijo –dijo el rey-. También tú empiezas a ser mago.


(*) Extraído de la novela El Mago de John Fowles

22.2.08

Mi nueva adicción


El fenómeno Facebook me ha atrapado. Al principio fue pura curiosidad, por mis hijos pasaban mucho tiempo en eso. Cuando me metí, me dijeron que era una vieja para eso. Yo no me inmuté, por algo me dicen puber eterna...
En ese momento solo encontraba chamos. Pero algo pasó y ahora cada día hay más adultos en esta busqueda constante de viejos amigos, o no tan viejos.
Ya casi nunca tengo tiempo para escribir en el blog porque gran parte del poco tiempo que me queda libre, lo paso buscando gente que hace tiempo no veo, en el Facebook. Ya he encontrado a muchos, me faltan muchísimos más, y espero encontrarlos.
Mucha gente critíca este fenómeno e incluso nos alertan de los peligros de exponer la vida en público. Quizás yo soy ingenua y no imagino las mil barbaridades que algún pedofílico norteamericano pueda hacer con un perfil de Facebook (a mi no creo que me vayan a secuestrar para hacer una película porno!) Por ahora solo puedo decir que me ha hecho feliz entrar en contacto con gente con la que nunca pensé que tendría contacto otra vez.
En este mundo cada vez más tecnificado, con cada vez más paranoia, la gente sale menos a la calle y muchos se han ido lejos. Esta, aún sin ser la ideal, es al menos una forma de recuperar ese contacto humano que teníamos antes. Y saber que aún existe el cariño y la complicidad que existía hace muchos años.
Escanear fotos de mi juventud, para compartir con ellos, me ha puesto nostalgica.
Quiero invitar a aquellos que aún no han caído en el vicio de esta nueva droga a que la prueben, a ver si la pueden dejar.
Pueden empezar por aquí:

Mi perfil en Facebook
y luego empiecen a llenar su álbum de barajitas (cromos) con las fotos de sus amigos (viejos, nuevos y de siempre) regados por todo el mundo.
Yo llevo ya 224 amigos y me faltan muchos más para llenar el álbum de mi vida.
Suerte!



1.2.08

Tierra Adentro

MD. Torres
Click en la imagen para verla grande

A veces se hace difícil contar con palabras. A veces las los significados que van saliendo de los pensamientos y sensaciones que producen una música de hace mucho, se definen mejor con actos realizados sin que intervenga la consciencia; en modo de asociación libre.
Quizás algun día llegue a descifrarme. Ojalá que nunca del todo. Mi vida perdería su encanto.

20.1.08

Crisis


Este blog, y yo misma, somos un reflejo de lo que está pasando en el país.
Ahora a la escasez de leche, huevos, carne, pollo, harina de trigo, etc... se le une la escasez de ganas, el desabastecimiento de ideas coherentes, la dificultad de encontrar palabras y la inflación de la tristeza y angustia.
Espero que de nuevo se llenen los anaqueles, tanto los del super como los de mi alma.
Pronto.


PD. Sí, ya lo sé. Este post está en absoluta contradicción con el anterior. Pero así somos los seres humanos, a veces nos sabemos la teoría y se nos hace cuesta arriba llevarla a la práctica. O seran las hormonas? (del presidente)

3.12.07

Ganó VENEZUELA


Tenemos que verlo así: Ayer ganó Venezuela.
Y no digo que ganó la oposición, porque eso sería quedarse mirando la superficie.
Ganamos porque aprendimos una lección: Cuando nos unimos y, sobre todo, cuando trabajamos juntos, logramos éxitos.
Ayer vencimos a la desconfianza en nosotros mismos (más que en el CNE, los organismos del estado o cualquier otro mal externo).
Gracias al trabajo de los miles de testigos en las mesas electorales de todo el país y, sobre todo, gracias a la fuerza jóven de Venezuela, el CNE no pudo esconder la verdad y al presidente no le quedó más remedio que bajar un poco la cabeza (aunque sea por ahora, por un rato y porque si no la bajaba él, se la iban a bajar a palos).
Todavía falta mucho, esto apenas comienza. Pero hemos dado un gran paso y debemos sentirnos orgullosos de este logro, primer paso hacia muchos otros, si no olvidamos lo aprendido.
Que si la diferencia fue mayor, que si se negociaron los resultados..... eso no es tan importante. No se trata de ganar un partido de fútbol, se trata de mantener un país en la paz y tratar de reconciliar la polaridad. Venezolanos somos todos y con nuestras diferencias y angustias, tenemos que aprender a convivir y a trabajar juntos para mejorar nuestra tierra y vivir en libertad.
Gracias Venezuela, gracias por devolvernos la sonrisa y por darnos una lección de vida que ojalá nunca olvidemos.

PD. Me perdonan los errores que puedan encontrar porque el trasnocho me dejó agotada
IBSN: Internet Blog Serial Number 3110-59-85-89