23.2.07

Que llueva, que llueva




Para Morella,
quien ha vivido bajo una tormenta por varios años.

2003


Ojalá que llueva pronto. Percibo el olor a tierra mojada en la lejanía y oigo los truenos a cierta distancia, con aparente ganas de acercase. Afuera cambian los colores y los árboles se tiñen de gris azulado para hacer juego con mi alma. El viento está inquieto, como yo.

Quiero que empiece a llover y no pare nunca.

Quiero que caigan gotas grandes, enormes, sonoras.

Quiero morir ahogada en la lluvia.

Quiero agua, líquido, lágrimas.

Porque si afuera hay colores me siento desubicada. Como si el colorido del buen tiempo y un cielo azul y diáfano que no me pertenecen, me exigieran o me impusieran la obligación de sentirme contenta y agradecida con la vida.

Y es que no me siento capaz de olvidarme de mí misma, de lo que siento por dentro.

Cuando el afuera nos dice: “Tenemos que ser felices, es momento de celebrar", es cuando peor podemos sentirnos los que estamos encerrados en una cueva oscura. Porque eso de “ser feliz a juro” es casi lo mismo que “ser delgado a juro”, “ser bello a juro”, “ser joven a juro”, “ser próspero a juro”, “ser optimista a juro”. Ahora que lo pienso, debe ser por eso que los índices de suicidios y depresiones severas aumentan considerablemente en la Navidad, cuando todos “debemos” estar contentos, todos “debemos” celebrar con la familia, todos “debemos” hacernos el regalo del amor incondicional, de las sonrisas eternas y debemos intercambiar presentes (aunque no tengamos ni un centavo), a juro.

¡Es que la Navidad es como un día asoleado muy largo!

Quiero lluvia, quiero truenos, relámpagos y si es posible hasta un terremoto, una inundación, una bomba, un atentado o, al menos, por favor, un intento de golpe de estado…. ¿Un toque de queda? Sería maravilloso, no tendría ni siquiera el deber de plantearme que debo salir a la calle porque tengo días encerrada sin querer ver a nadie y “eso no es bueno”, el deber de "distraerme para no volverme loca”, el deber de “tratar de poner la cabeza en otra cosa, porque así el tiempo, sanador de heridas, pasará más rápido”.

Algunos sugieren rezar y, aunque sé que lo hacen con buenas intenciones porque creen en eso o porque a ellos les sirve, me pregunto: ¿Rezar? ¿A quién? ¿Rezar para qué? ¿Para que Dios haga su voluntad que es siempre lo mejor para nosotros? ¿Cómo voy a rezar para que Dios me mande lo que no quiero, por más que Él piense que es lo mejor para mí? ¿Cómo puede ser lo mejor para una madre sentir que pierde a su pequeño hijo sin poder hacer algo para evitarlo? ¿Sólo porque es la voluntad de Dios? ¿Cómo puedo reconfortarme con la creencia de que “por algo será” y “algo tenemos que aprender de todo esto”?¿Cómo va a salir a distraerse alguien que acaba de darse cuenta que no tiene ningún control sobre la vida, ni sobre la muerte?¿Cómo va a desear colores alguien que, a pesar de no ser daltónico, es incapaz de percibirlos en un momento de “voluntad divina”? ¿Es esto ser egoísta? ¿Acaso el dolor nos permite no serlo? ¿No son el dolor, la alegría y todos los sentimientos profundos, elementos que conciernen solamente al ego?

Lluvia, nubes, rayos, tormenta. Es mucho más cómodo, más acogedor. Cuando lo que está dentro, está afuera, uno no se siente alienado, uno no se siente extranjero en su propia piel.

Porque cuando llueve mientras estoy triste, puedo sentir que el universo me comprende y llora conmigo.

“Qué llueva, qué llueva, la vieja está en la cueva, los pajaritos cantan, las nubes se levantan. Que si, que no, que caiga un chaparrón”.



21.2.07

Así Somos


"Toda satisfacción, o lo que comúnmente se llama felicidad, es, por su naturaleza, siempre negativa, nunca positiva. No es algo que exista por sí mismo, sino la satisfacción de un deseo, pues la condición primera de todo goce es desearle, tener necesidad de alguna cosa. Más con la satisfacción desaparece el deseo y por lo tanto cesa la condición del placer y el placer mismo. De aquí que la satisfacción o felicidad no pueda ser nunca más que la supresión de un dolor, de una necesidad"

Arthur Schopenhauer


19.2.07

Delirium Tremens

Richard y yo nos conocimos hace mucho tiempo, cuando él no era tan famoso y yo estaba en muchas mejores condiciones de toda índole. Salía yo de almorzar en el Bouley en NY y él venía entrando. Nos tropezamos sin querer (les juro que no me había dado cuenta de quién era, sino que venía tratando de meter el brazo en el abrigo y el golpe me agarró de sorpresa) y a partir de ese momento nos hicimos grandes amigos y amantes ocasionales.

Luego dejamos de vernos. Él ocupado con sus películas, yo con mis matrimonios y mis hijos. Por allá por los 90 y tantos nos reunimos para almorzar en uno de mis paseos a NY y me contó que no hallaba como sacarse a Julia Roberts de encima, y que ésta no entendía que el amor de su vida era yo. Que ninguna otra podría jamás llenar su vida de alegrías como esta venezolana normalita, sin pretensiones joligudenses.

La vida me ha traído un regalo. Este lunes de Carnaval tocaron el timbre en casa y cuando abrí la puerta…

Yo me iba muriendo. Fue una sorpresa total. Qué pena con Richard. Yo con las raíces sin pintar, la aspiradora en medio del apartamento, la ropa limpia por doblar encima de los sofás de la sala… en fin, para qué les cuento.

Pero no pude molestarme con él. Quien podría. Con su bella sonrisa me abrazó con fuerza y me levantó del suelo (literalmente). En seguida le dije que nos íbamos YA para un hotel pero él insistió en quedarse en casa – Mi amor, mi vida transcurre en hoteles, déjame disfrutar del calor de tu hogar por lo menos ésta noche.

¡Ay! Y ni les cuento mi cara de terror cuando vi que se dirigía hacia el cuarto. Tenía dos días sin hacer la cama y sin botar la basura del baño. Había vasos medio llenos de agua o con restos de coca cola light en cada una de las habitaciones. Ropa tirada en el piso, zapatos a mitad de camino entre el cuarto y el estudio, pelos de las perras en el piso azul del baño…

Pues él, tan maravilloso como siempre, comenzó a hacer la cama para lo cual ni siquiera se quitó la chaqueta del smoking. Luego me pidió la aspiradora, el tobo y el coleto, me sirvió un whisky, puso nuestra canción en el ipod y me pidió que me acostara en el chinchorro mientras él recogía un poco la casa y luego preparaba algo ligero para cenar. Siempre tan caballeroso.

No tengo palabras para describir el resto de la noche. Además, no me gusta generar envidia en nadie. Prefiero la modestia y mantener mi vida privada lo más lejos posible de los blogs.

Al día siguiente, después de traerme un super desayuno a la cama, Richard sacó un paquetito de su maletín, se sentó a mi lado y, sacando un anillo con un DIAMANTE de una cajita, me pidió que me casara con él.

Yo lo siento muchísimo, Richard –le dije firme pero cariñosamente. Tú eres un hombre maravilloso y yo no quiero echar a perder esto que tenemos con una convivencia. Si quieres nos casamos, pero nada de vivir juntos. Mantengamos esto así, joven, fresco, impredecible, y te aseguro que será para toda la vida. Tú en tu casa y yo en la mía. Nada de ronquidos indeseables en la noche, o peos por quién dejó eso regado. Ay no, mi amor. Esa barajita ya la tuve y la cambie.

Claro amor -me contestó con mirada triste pero comprensiva-, como tú quieras. Pero preparémos el matrimonio pues quiero que todo lo que tengo esté a tu nombre. Puede ser una ceremonia sencilla, como tú lo prefieras.

Luego continuó hablando mientras me hacía un masaje en los pies. No me puedo quedar mucho tiempo esta vez porque tengo asuntos pendientes. Te propongo entonces que nos encontremos en 3 semanas en Tokyo, donde tengo que ir a filmar. Mientras te dejo un cheque para que mandes retapizar los sofás el lunes porque les hace falta un cariñito. ¡Ah!, también pasa por JVG para que te vengan a instalar una cocina nueva porque anoche me costó preparar la cena con la única hornilla que prende y, para asar el salmón en el horno, tuve que apagar la hornilla porque no me prendía las dos cosas a la vez. De paso que te traigan la televisión pantalla plana que quieres con un home theather decente, porque sé que te encanta quedarte en casa mirando DVD´s

Claro cielo, como quieras, aunque en realidad no hace falta…

No me interrumpas. Quiero que dejes todo arreglado para que cuando te vengas a Tokyo alguien se quede en la casa y así poder cambiar el piso por un machiembrado de madera clara como te gusta. Aunque insisto que sería mucho mejor aprovechar que vas a estar fuera para remodelar todo el apartamento. Ya sé que no te gusta que te dé dinero, pero me hace feliz verte contenta con tu casa como siempre la has soñado. O bueno, si es mucho, lo dejas para cuando nos vayamos a Thailandia para las siguientes escenas de la película.

Bueno Richard, pero… mira, si me voy a pasear contigo por Thailandia y Tokyo, preferiría gastar eso más bien en mi remodelación personal.

¿Remodelación? ¿Pero te volviste loca? ¡Si eres la mujer más bella que conozco!, ¡la más natural!,ya quisieran esas bichas como Carmen Electra o Angelina Jolie parecerse en algo a ti!

Riiiiiiichard, no seas exagerado… mírame estos rollos, y mírame las lolas por donde van, ya pronto se me van a salir por la cintura……. Y mírame los ojos, ya el parpado derecho lo tengo tan caído que no puedo ver bien…. Y……

Bueno mi vida, si eso te hace feliz... creo que va a ser mejor que te saque una extensión de cada una de mis tarjetas de crédito para que no tengas que estar yendo al banco a cobrar cheques y todo eso. Mañana mismo llamo al banco para que las envíen. Eso sí mi amor, te pido que no te vayas a cambiar demasiado esa cara bella que tienes, no vaya a ser que no te reconozca en Tokyo. Y nada de inyectarte los labios mi vida, que no me gustan esas bembas falsas.

Yo sonreí, la verdad es que tenía suerte con éste hombre. Cuando terminó de hacerme el masaje shiatsu completo, tuvimos otra ronda de cama tao-zen, especialidad de Richard. Después de bañarnos juntos en la ducha, me invitó a que fuéramos a comer algo por ahí. Lo cual acepté.

En el momento en que entramos al ascensor, me quitó el llavero de las manos y me puso otro.

¿Qué es esto?, pregunté.

Vida, es que ese carrito tuyo ya estaba para cambiarlo. Esta mañana mientras aún dormías llame para que se lo llevaran y te trajeran…

En ese momento salíamos al estacionamiento y en mi puesto había una camioneta 4 x 4 BMW xi5 o como se llame.

Ay Richard, si sigues así te voy a tener que pedir que no vengas más.

El me respondió con esa carita suya de Pretty Woman que me mata… ¿cómo le voy a decir que no?

Nos montamos en el auto y cuando prendí el reproductor, comenzó a sonar un pito continuado. Pensé que era la alarma que se había disparado, pero no. Eran las 6 y media de la mañana.


Nota: Lo más sano en esta vida, es aprender a reírse de uno mismo. Reírse de uno mismo es, como decía un gran profesor, el Dr. Fernando Rísquez, uno de los síntomas más inequívocos de la salud mental.

18.2.07

A mi amiga Isabel

A Isabel la conocí hace algunos años. Primero la leí en Predicado bajo el nombre de Kentia. Luego la vida nos presentó por esas cosas que uno no sabe explicarse pero que pasan simplemente porque sí.
Nos vemos poco, nos queremos mucho. Compartimos una vida parecida y en la historia, a veces ha parecido como si fuésemos una sola mujer y su reflejo en un espejo. Bueno, casi, ella escribe mucho mejor que yo y es mucho más constante en su escritura.
Isabel me invitó el año pasado a colaborar con ella en el proyecto de su libro Ecos/Echoes (Poemas seleccionados, edición en español e inglés), para que mezcláramos sus letras con algunas de mis fotografías. Pero ya ustedes saben cómo se complican las cosas en este país y el libro va sin fotos.
Ayer terminé de leer el boceto del libro que me entregó hace meses, y si bien, como mil veces se lo he dicho, la poesía y yo nos costamos, le pedí permiso para publicar en mi blog 3 poemas que me llegaron profundo.
3 poemas y una sola foto, porque las demás se me perdieron en el cerebro de la computadora.
Aquí las comparto con ustedes, agradeciendo a Isa, mi amiga querida y deseándole muchos días de risas y rayos de sol en la cara.


Fotografía- María D. Torres


yo no la invité

a Carlos Zanotelli, desde su letra

-porque no hay que condolerse en el deslave-


a la tristeza

no se la invita



llega sola

abre puertas

........ventanas



te habita



cuando termine de llorarme

o cuando ya no me dé la gana

....................de tenerla como intrusa



la arrojaré a la calle

.....saborearé un helado

.....me abrazaré a mis hijos

.....volveré a la letra



comenzaré a olvidar

.....amaré lo que me ama

.....soñaré lo que me sueña

buscaré los rostros que me buscan



recordaré

que sólo despiertan juntos

los que han soñado juntos


Febrero 2003



decir el silencio

suspenderse

¿en si mismo?


timarse

¿como quien se arrulla con milagros?



escribir el silencio

habitarlo

...............¿mentirse?




fumarolas cafeinadas


andariego

me recorre un silencio vagabundo


insomne juguetea en mi café

bohemio recorre mi cuello


lo roza

sonríe

le susurra historias divertidas


descarado

se instala en las pestañas

abre mis párpados


me invita


alucinados

nos perdemos en la noche

sucumbimos




Isabel Guevara.
De su libro Ecos-Echoes. Poemas Seleccionados (en español e inglés)
http://isabelguevaraweb.mysite.orange.co.uk/


14.2.07

Feliz Día

Al principio, los dos tenemos los ojos rojos de la pasión desenfrenada


Después, nosotras queremos más ternura, menos cama. O cama con ternura, pero que nos oigan, que nos entiendan (sí, ya sé que los hombres me van a decir que eso es imposible, y les creo, ni nosotras mismas nos entendemos del todo)
Empezamos a pensar en hijitos, casa, etc.

Sin palabras
(No encontré una imagen similar pero con la mujer a punto de saltar)
Aunque la mujer, siempre que tenga un hijo al lado, aunque los demás lo vean como al del dibujo, siempre estará enamorada... de sus cachorros.


Comencé mi día de hoy abrazando a mi cachorro de 17 para levantarlo de la cama. Pegadita a él, por el frío que hace, sentí eso que suelo sentir cuando nos abrazamos... como una sensación hormigueante en el pecho... algo indescriptible pero delicioso.... debe ser eso que llamamos amor, amor incondicional, que aparentemente es posible solamente con los hijos !!!

FELICIDADES A TODOS LOS QUE AMAN

11.2.07

Subibaja

Hoy se fue Gato. Lo extraño. Una despedida más en una vida llena de despedidas... pero despedidas hasta cierto punto buscadas, propiciadas (inconscientes, siempre inconscientes). Y mañana, si te veo, a lo mejor no te conozco, aunque hayas sido importante en mi vida. Quizás por eso no me acuerdo, me conviene no acordarme. Esa lágrima que solté esta noche está más allá de extrañar sus saltos esquizofrénicos de las noches, del sofá a la mesa, a mis piernas, ataca la cola de la perra, salta a la poceta, regresa, medio metro sobre la pared vacía, se estira, se encoge, ataca, se lame. Esa lágrima fue por esa voz que me habla de adentro, hoy con maullido de gato extrañando un nuevo ambiente: nunca terminas nada, o lo terminas todo a la ligera, no te comprometes, no haces nexos, cuando vas a crecer. Hoy me adoptas, mañana me regalas. Hoy tocas piano y el mes que viene guitarra española. Hoy estas aquí y mañana te despides de todo el mundo y te vas. Hoy estudias periodismo, te encanta, te diviertes y tienes amigos. Mañana decides cambiarte de carrera, sin razón aparente, para luego graduarte de otra cosa y preguntarte por qué te saliste de algo que te gustaba tanto. Hoy estas triste, mañana eufórica. Hoy estás perdídamente enamorada de un hombre y mañana él dijo algo que rompió el encanto y quién es ese, como fue que llegué aquí. Hoy vas a una reunión que esperabas con anhelo y a la media hora regresas a casa porque te fastidias de la gente, mejor en casa viendo una película, leyendo un buen libro o simplemente viendo cómo da vueltas la ropa dentro de la lavadora (cierto, Ana?). La historia de mi vida. Eso es ADD mi amor -dice un neuropsiquiatra en quien busco respuestas. Necesitas emociones fuertes. A tí no se te da naturalmente eso de estar en paz, en equilibrio (!que aburrido!). Tomate esta pastillita para que veas como todo cambia". Y le hice caso, y casi muero. Literalmente. Sentí que había muerto y no entendía por qué seguía teniendo hambre y levantándome de la cama. Ahora lo entiendo. Porque si esa ha sido mi vida toda la vida, cualquier otra cosa diferente es la no vida, al menos la no vida mía. Me pregunto qué otras cosas me falta abandonar a medio camino en lo que me queda de vida. A veces siento que lo único que me falta es abandonarme a mí misma. Pero no puedo. Eso nunca, porque entonces, ¿quién seguiría montada en el sube y baja?, ¿quién seguiría soltando una lágrima en la mañana y una carcajada en la tarde? ¿Se pega esto? ¿Viene en la sangre? Porque gran parte de mi familia vive contenta hoy porque cobró un cheque, va comprar un libro, se lo traga y mañana anda que no puede con la angustia porque no tiene medio en el bolsillo para pagar condominio. Pero pasado mañana un hada deja una moneda debajo de la almohada y disfrutamos una copa de vino. Ella lo encontró al salir del baño y decidió que no podía vivir sin él. Tomó el frasco de pastillas para la ansiedad, vació todo el contenido es su mano y así, sin agua ni nada, se las metió en la boca y comenzó a masticar. Sabor agrio en la boca mientras le acariciaba la frente a él, que ya empezaba a cambiar de color y temperatura. Ella se fue yendo lentamente, sin dolor, sin darse mucha cuenta. No pensó en lo que dejaba atras. No pensó en los que quedaban. No pensó en quién los encontraría en aquella ciudad lejana, en aquella habitación de hotel. El teléfono repicaba pero nadie atendía. Viernes en la noche, dos días sin hablar con ellos. Deben haber salido. Quizás regresaron al Blue Note a escuchar a Paquito De Rivera o alguno de esos músicos que aquí uno no puede ir a escuchar un viernes cualquiera tomando un trago. Sábado en la mañana y el teléfono repica varias veces de nuevo. Es raro, a esta hora deberían estar y levantar el teléfono. Ella intentará de nuevo más tarde pero ya empieza a sentir un vacío estomacal, ese que duele, molesta y nunca se llena. No espera a más tarde. Busca en Internet los teléfonos de la cadena de hoteles. Nada. Solo un teléfono genérico para hacer reservaciones. Se le ocurre buscar en la páginas blancas de la ciudad. Tiene suerte, o eso cree. Marca el número pero sale el pito de un fax. Espera un par de horas y llama de nuevo al apartamento para encontrarse otra vez con el eco de un teléfono sonando en la lejanía y nunca atendido. Intenta de nuevo al número del edificio y esta vez tiene suerte. Habla con el portero y le pregunta si los había visto. Él no recuerda haberlos visto salir en los últimos dos días. Incluso, dice, toco el timbre para dejarles un paquete y nadie contestó. Pensó que quizás se habían ido a otra parte por el fin de semana. Ella le pide llamar por el intercomunicador. Nadie contesta. ¿Y ahora? Siempre hay recursos. Tiene el teléfono de dos amigas. Opta por la primera, sale la grabadora del teléfono y ella le pide devolver la llamada cuando regrese. Mientras sigue intentando el apartamento -sin cambio. El lunes siguiente recibe respuesta de la amiga. Creeras que estoy loca -le dice-pero necesito que vayas a esta dirección y le pidas al portero que te habra la puerta. Avisame cuando estes allí por favor. Las horas siguientes se hacen meses. Ella no puede levantarse del sofá junto al teléfono más que para buscar un cigarrillo. Siempre supo que esto pasaría en algun momento no lejano, pero nunca imaginó que éstas serían las circunstancias posibles. Tan lejos, sin posibilidad de movimiento. Tan frío, tan cruel. Al fin suena la llamada esperada: Lo siento -dice la amiga. Están muertos los dos. ¿Qué quieres que haga? Ella intenta llorar pero ni una lágrima sale de sus ojos. Dame diez minutos y te aviso -le pide a la amiga. Se queda paralizada allí, con un cigarro en la boca. Un largometraje pasa ante sus ojos. Toda una vida, miles de momentos agradables y sopotocientas peleas y malos pensamientos. Toma su agenda y llama a la unica persona a quien no le da pena llamar para que le ayude a traerlos de regreso. Él pideu un pasaje y amablemente se ofrece arrelgar todo en horas y acompañarla a viajar. No era la primera vez que traía de regreso a alguien de la familia - para enterrarlos. Primero libres que encadenadas a una rutina linear, plana, sin curvas.Subibaja, subibaja... poco de mucho, subibaja. Seguimos todas siendo niñas, en un parque. No maduramos...no envejecemos. Sufrimos, lloramos y reímos. Vivimos, vivimos y nos divertimos. Nos caemos, lloramos y luego nos levantamos. Olvidamos y seguimos riendo. Y nunca cambiamos.

9.2.07

Cumplen 1 año los Helmanos Chang

Esta fue la invitación que YO recibí.
Similar a la que recibo cada mes, con la diferencia de que las otras dicen : ESCLIBES O MUELES



ESTIMADOS PARRANDEROS DE HELADERÍA, BORRACHOS DE LA VIDA, ARROCEROS DE BACANAL, ADICTOS DE BIBLIOTECA, SWINGERS DE LA MAMADERA... DE GALLO, Y OTROS SERES DE LA NOCHE OBBBBBBBSCURA DEL ALMA...

YA ABRIÓ SUS PUERTAS

LA AGENCIA DE FESTEJOS DE LOS HERMANOS CHANG

NO DEJEN DE LEER LA VERDADERA HISTORIA DE LOS HERMANOS CHANG, LA VERDADERA DE VERDAD, NO SE DEJE ENGAÑAR POR OTRAS.

Otras fotos que ilustran el reportaje:


Entérense de cómo y por qué los padres de los Chang se quitaron la vida.


También le mostramos el recuerdito que le obsequié al Tío Chang después de terminado el reportaje. Sus sobrinitos antes y después de la cirugía plástica.
Él tiene su copia guardada en una caja fuerte, yo tengo los originales guardados en un banco en Suiza junto con mi pensión de retiro china y el futuro de mis hijos.
POL SIACASO

WWW.HERMANOSCHANG.BLOGPOT.COM


8.2.07

Stranger than Fiction

Hoy ha sido un día raro, como casi todos sus días, como casi todos los días en su país.

Esta mañana, cuando regresaba de llevar a su adolescente de quinto año al colegio -quien lleva una semana en huelga de habla, o sea, que no dice ni pío, ni a ella ni a nadie, se comunica con mímica básicamente, ella le dice que al principio no le pareció divertido porque le costaba mucho entenderlo, pero que ahora le provoca que repita una semana más porque no escucha sus maldiciones e insultos, a lo cual él le responde señalándose la cabeza... Sí, le dice ella, piensas los insultos, pero al menos yo no los oigo y se ríen juntos, y luego se abrazan- manejaba distraída mientras pensaba. ¿Será una promesa, una apuesta, un reto consigo mismo, una prueba de voluntad, una locura, o será que se fumó un cacho? Con los adolescentes nunca encontramos las respuestas correctas, siempre son las menos pensadas ...

De pronto un perro callejero, de esos feítos y en precario estado, cruzó la calle frente a su auto. Ella se dio cuenta de que el can iba hacia un hombre que tenía en las manos algo en un papel periódico, algo que al perro parecía interesarle.
Pensó que el hombre llevaba
sobras de comida en el periódico para darle al perro, qué buena nota, ocuparse de un perro callejero. Pensó que era el vigilante del edificio de lujo que se encuentra frente a la edificación en semi ruinas de la Escuela de Enfermería de la UCV, en la que vive el perro que cruzo la calle frente a ella y al menos una docena más.
Para su sorpresa y ante sus ojos trasnochados, el hombre comenzó a comer lo que fuera que llevaba en el papel periódico. Seguramente eran sobras rescatadas de las bolsas de basura que están en la acera del edificio de lujo, esperando a que pase el camión del aseo. El perro se quedo con las ganas.

Si ella venía pensando en que el silencio voluntario de su hijo era algo medio bizarro, la visión de ese hombre, no con pinta de perro callejero -todavía-, comiendo sobras de basura, no en una hoja de plátano sino en un pedazo de periódico, fue mucho. Tanto que se preguntó si en realidad estaba manejando o si aún no se había levantado de la cama y todo aquello era una pesadilla apocalíptica.

Pero sí, está despierta. Se da cuenta al tener que hacer un esfuerzo para estacionar el auto. Entra en el apartamento y se sirve una taza de café negro, a ver si termina de despertar y de imaginar cosas raras. Suena el teléfono. Es un muchacho que pregunta por ella. Da el nombre y se presenta como el nuevo agente de su cartera de inversiones en Econoinvest, donde hace unos meses y por no dejar, ella compró unas pocas acciones de la compañía de electricidad con un dinero que le había sobrado ese mes, no sabe cómo, y por una oferta tentadora que les pasaron a los del taller de crónica que se dictaba en las mismas oficinas de Econoinvest. Sí, acciones de la misma compañía que quiere estatizar el gobierno venezolano.

¿Cartera?- pregunta ella riendo. Será monedero. ¿Cómo es que te llamas? ¿Félix? Dime Félix, qué me recomiendas que haga con esas acciones? (Lo dice con voz de inversora de mucha experiencia). ¿Todavía no se sabe qué es lo que va a hacer el gobierno? Bueno, entonces qué más da. Si bajaron tanto de precio... sí, claro, entiendo. Bueno, cualquier cosa esperaremos, ¿no? Cuando sepan qué va a pasar con eso ¿me avisas? Gracias. Tranca el teléfono aún riendo. !Accionista de la Electricidad de Caracas, cartera de inversiones! Suena a importante.

Sigue el día, trabajo, llamadas, trabajo, almuerzo, trabajo, pausa... Aprovecha un escaner de negativos que le prestaron para un trabajo y busca en sus recuerdos unas diapositivas que tiene mil años sin ver. Escanéa y guarda algunas. Cuando eramos jóvenes, felices, y coño de la madre, no nos dábamos cuenta - piensa con nostalgia verdadera. Le deprimió verse la sonrisa y la frescura de aquellos días, en aquellos viajes despreocupados de dolar a 4,30. Todo lo que pudo conocer y divertirse, aprender, querer y descubrir. Escapa de la realidad del hombre comiendo en papel periódico viéndose echada en la arena de un atardecer en una playa de Santa Barbara en California, con el novio del momento, o bailando con los Waraos en el Delta del Orinoco, con al menos 20 años menos.









El sonido del celular la saca de la ilusión pasajera, la nota barata y sin químicos. Ya es hora de recoger al mudo, acaba de mandarle un mensaje de texto. Como no puede hablar, gasta poco la tarjeta pre pago. La verdad es que la mudez ha resultado maravillosa.
En el carro, el chamo sigue con su mímica, tratando de explicarle, sin sonido alguno, lo bien que quedó el concierto que dio el grupo de sus amigos esta tarde.

Al fin llega la noche, se echa en la cama, prende la tele. El Gobierno acaba de firmar un trato con la compañía americana dueña de la Electricidad de Caracas. Ahora resulta que se va a ir a dormir siendo accionista minoritaria de una empresa del estado socialista del siglo XXI.

Apaga la tele e invita al mudito a ver una película con ella. Una sopita para el alma: Apocalypto de Mel Gibson. (estupenda escenografía y vestuario). Perfecta para ir a la cama relajada.

Antes de apagar la luz observa el regalo que le trajo esta tarde la señora colombiana que trabajó con ella tantos años, la que cuido a sus hijos mejor que ella misma: una franela roja con dos manos blancas, diez millones por el buche, y una cachucha roja con la cara del teniente coronel.

Tome señora María, se lo manda mi sobrino Nicolás – le dijo Reina. Me dijo que se lo diera para que lo cargara en el carro porsialguna vez tenía una emergencia. Usted sabe, nunca se sabe lo que puede pasar en éste país.

Tiene razón -piensa ella justo en el momento en que traga las pastillas para dormir que le mandó el doctor, antes de apagar la luz de la mesa de noche- nunca se sabe. Ya nada se sabe en éste, el país de lo impredecible.

5.2.07

Desde mi Exilio

Publicado sin fotos porque ando con banda angosta.

28 de Octubre 2004
Otoño en un suburbio elegante de Chicago. Sin más trabajo que sacar a pasear al perro de una vecina por $100 mensuales y vender en e-bay la “basura” que bota la gente de mi barrio todos los jueves por la noche.

Estoy flotando en un limbo. Un limbo de incertidumbre que a veces tiene colores de otoño brillantes y bellos, música y sonrisas, pero otras -las más- es gris, frío, húmedo, silencioso y muy triste.
Quiero regresar a mí país, a mis hijos, a mi familia, a mis panas, a todo lo que amo y a todos los que me aman. Quiero regresar a mi casa, a mi ventana con vista al Ávila, a mis calles conocidas –porque aquí me pierdo-, a mi panadero, a mi kiosco de periódicos, a mi conserje, a mis vecinos, a mis colas, a mis días de Diciembre, a mi mar, a mi sol y mi calor, y sí, también a mis huecos en la calle.
Quiero regresar a mi idioma, a mi tierra, a mis raíces; a la vida en la que era alguien, tenía cédula, licencia de conducir y permiso para ser yo sin que me miren como una extraña. A la vida que me pertenecía por haberla cultivado.
Hoy me siento gris, húmeda, triste y sola.
No sé a dónde me lleva el destino y tampoco sé si debo remar en alguna dirección particular o si debo dejar que me lleve la corriente.
Es triste saber que lo que añoro ya no es lo que tuve antes – una patria libre. Que “mi casa” es ahora un país diferente al país en el que crecí. Que el tiempo pasa y las horas parecen alejarse cada día más de lo que uno sueña, al mismo tiempo en que nos ponemos más viejos. Que nuestros hijos nunca podrán salir a la calle sin miedo, al menos no por ahora.
Qué triste sentir que el exilio pueda ser “mas conveniente” que estar en casa.
Qué triste ver como un país tan hermoso se ha convertido en un mar de rabias, trampas, desesperanzas y venganzas, muertes y sangre, injusticia, desesperación, codicia, miedo y rabia, angustia, tristeza y resignación.
No sé si el deseo de regresar viene de mis sueños, de mis recuerdos o de la soledad que se siente en un país al cuál no perteneces. No sé si estoy cometiendo una equivocación al regresar, no se si la cometí cuando salí de casa creyendo que encontraría algo mejor. Ya no sé realmente qué es lo que quiero, porque lo que deseo parece imposible y lo que necesito parece inalcanzable.
Solo sé que extraño a mis hijos, mi familia, mis panas, mi casa, mi ventana, mi Ávila, mi panadero y al señor del kiosco de periódicos.

Ahora: En Febrero de 2005 regresé a casa. No ha sido fácil, pero no me arrepiento. Hoy digo que de aquí no me saca nadie – sino la muerte. Pero de eso nadie puede estar seguro.
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